Hacia la sistematización de una musicoterapia comunitaria
10 aspectos de la práctica
Mt. María Gabriela Siccardi
La invitación a desarrollar una aproximación a la musicoterapia comunitaria implica para mí, volver a pensar la práctica.
Un discurso es acción, discurrir, movimiento y anuncio en el lenguaje. Lugar desde donde se dice, delimitación de un espacio, de un territorio, de un campo. Una elección.
En el campo de la musicoterapia podemos distinguir al momento, la musicoterapia clínica, la preventiva y la comunitaria.
En la dimensión comunitaria encontramos el complejo comunidad, del que el musicoterapeuta forma parte. Este puede ser un rasgo diferencial ya que por su participación y pertenencia es que deviene musicoterapeuta comunitario. Ahora, no cualquier agrupación es una comunidad.
Para armar un primer esquema de acceso al complejo comunidad podemos sintetizar algunos aspectos específicos:
Debe darse un marco simbólico, cultural, espiritual común a todos (lenguaje, tradiciones, creencias, búsquedas y deseos). Por ejemplo, al tratarse de una ciudad estado, como es Buenos Aires, sabemos que la cosmovisión es un a descubrir y contiene múltiples diferencias. Pero la práctica nos demuestra que existen elementos comunes de unidad simbólica.
Luego, una trama relacional - vincular: es el aire vital de la comunidad, las relaciones, los afectos, los intercambios interpersonales.
Por último, lo que constituye la dirección, el hacia donde: los proyectos.
A partir de las diferentes experiencias de musicoterapia comunitaria pude abstraer por lo menos 10 aspectos objetivos de la práctica:
1. El reconocimiento del espacio por medio de la sensibilización auditiva
2. El Reconocimiento corporal mediante la centración personal y la dimensión colectiva
3. La Identidad cultural: Descubrimiento, reconocimiento y creación de "patrones y/o rasgos culturales"
4. La Expresión sonora y corporal: La organización, la forma
5. La Participación: Derecho a la expresión y la expresividad
6. Expresión colectiva: rompimiento del aislamiento social
7. La energía vocal: La voz y sus cantares, placer por soltar la voz, la canción, el canto colectivo, la improvisación vocal y con letra.
8. El ser musical: Desmitificación de los "diagnósticos musicales traumáticos". El encuentro con el Homo musicae
9. Reflexión: Historización y Concientización
10. Construcción comunitaria: Del yo al Nosotros
sensibilización auditiva
1. Reconocimiento del espacio sonoro del aquí y ahora
Este objetivo se traduce en una actividad inicial; es el primer paso para comenzar cualquier experiencia, consiste en ponernos a escuchar el dónde estamos. Abrir nuestros sentidos, oídos, vista, piel. Escuchar los sonidos cercanos, que conforman un espacio sonoro. Cómo lo recibimos. Distinguir la propia ubicación en el espacio a través de las referencias de dirección, intensidad, timbre etc. que nos da la percepción auditiva. Como segundo registro, y ad referéndum del propósito de la práctica que se esté realizando, se focalizará en los sonidos provenientes del propio cuerpo - ritmos vitales.
2.- Contacto personal y colectivo
Luego de la preparación perceptiva, se lleva la atención a contactar con un centramiento del cuerpo. Ubicación del eje vertical y horizontal, dimensiones arriba abajo, (cielo-tierra) propiciar una postura cómoda. Apoyos. Respiración, soplo, sonido. El propio espacio sonoro y el de los otros.
Identidad cultural
3- Descubrimiento y creación de patrones y/o rasgos culturales
Contamos con dos técnicas que caracterizan hasta el momento las intervenciones de la musicoterapia comunitaria para promover dicho objetivo: a saber las improvisaciones y el canto colectivo.
En el hacer improvisaciones individuales y colectivas es posible reconocer patrones rítmicos, melódicos. A su vez se da lugar a la gestación de otros, del aquí y ahora, emergentes de la situación. Ese seria el caso de la Creación de nuevos patrones de identidad de esta comunidad
Esta experiencia cargada de singularidad y de sus múltiples resonancias conforman un "todo" que es vivido por el conjunto como espacio de pertenencia y unidad. Podemos hacer referencia aquí a las experiencias tribales, o de comunidades tradicionales, que es parte de nuestros arquetipos, una memoria común. Esta religazón sonora y musical también es de inconsciente a inconsciente, (inconsciente colectivo de Jung).
Cabe preguntarse entonces ¿Cuáles son las experiencias que conducen al hombre urbano a esta dimensión, antigua y esencial? La experiencia requiere de una vivencia, y un aprendizaje de ella, repeticiones no mecánicas.
Cuando la las oficinas gubernamentales alientan el negocio del arte con autor no queda lugar para el cuerpo expresivo y comunicativo, para una cultura de pueblo que en la que la vivencia colectiva es caja de resonancia emocional y simbólica. Entonces una voz, "sonido de identidad", puede ser singular, “yo” y a su vez esencialmente “otro”
La propuesta de la musicoterapia comunitaria para nuestra cultura popular urbana es una invitación a la integración de los diversos sujetos yuxtapuestos que en ella conviven (pre modernos, modernos, postmodernos).
Expresión sonora y corporal:
4.- La organización, la forma
En estas experiencias nos es posible transcurrir del caos a la forma, de lo irregular a lo regular, de lo impulsivo a lo expresivo.
La forma es una organización témporo-espacial, visual y auditiva. En lenguaje nieztcheano diríamos, que tal vez es apolínea en su devenir, ditirámbica en tramos de su recorrido. Irá incorporando las células rítmicas, o motivos melódico-rítmicos, posibles superposiciones armónicas, y los ruidos circundantes de la ciudad. Todo lo que esta sonando se incluye y con -forma su estructura. Esa forma vuelve como espejo organizador para el grupo participante. Y siempre dinámico, el interactuar hace que se pase de esta a otra forma, en tránsitos a veces caóticos. Es una experiencia de creación colectiva que para ser tal se limita por momentos a estructuras reconocibles y que dan identidad y cohesión al "todo".
Participación
5. Derecho a la expresión y la expresividad
La Musicoterapia Comunitaria reivindica el derecho a la expresión y a la expresividad.
Todos y cada uno de los seres humanos tenemos derecho a la expresión. Es una necesidad básica, cuando nacemos gritamos, es la marca sonora que abre el reloj hasta el silencio final. La expresión es signo de vida.
Expresividad iría un poco más allá, para entrar en el mundo de las calidades de la expresión. Ya la necesidad es un búsqueda de placer estético ¿Por que dejarla sólo a los músicos, danzarines y poetas?
Todos y cada uno de nosotros somos seres sensibles a las sutilezas expresivas, siendo receptores (impresiones) y productores (expresiones). Conmover el lugar de consumidor pasivo que se le plantea a la mass media y "volver" a los encuentros en vivo donde haya un lugar para decir y ser escuchado. Dar un lugar, ocupar un lugar.
Expresión colectiva
6- Placer por la expresión colectiva
Ya estamos en una definición sensible y expresiva del ser humano, que para ser humano se liga a otros con mayúscula y minúsculas. El Otro esta en relación a la ley, el padre, (J. Lacan) lo sagrado, de M. Elíade. En la serie con minúsculas un orden de pares, hermanos.
Pregunto si ya incorporado el matriarcado y el patriarcado seremos capaces de fundar un fratriarcado. Un tiempo de hermanos que construyan en forma horizontal un posible ordenamiento. Otra forma. Esta forma emergente de abajo hacia arriba (en oposición al autoritarismo, verticalismo, paternalismo) va recorriendo el eje horizontal y vertical de modo helicoidal, estructura natural presente en la cadena de ADN, en el caracol, en el nacimiento de las hojas, en la Vida.
¿Se imaginan un gobierno espiral? Para ello necesitamos un entrenamiento gustoso de las producciones colectivas (que atentan a los caprichos despóticos y vanos del yo)
Volviendo, el musicoterapeuta es un facilitador, el que organiza y da pautas para el ritual, pero no es el "chamán" tradicional. El musicoterapeuta sabe del poder y lo usa para propiciar la ceremonia, guiar, dar confianza, entusiasmar para participar, desinhibir, escuchar y dar lugar hasta el mas pequeño. Quizás estas sean características de un chamán del siglo XXI.
¿Y por que insistir con la figura del chamán? tal vez pueda resultar irritante para el modelo científico de la musicoterapia. No es mi intención.
Hay una vertiente antropológica muy valiosa que es la experiencia originaria de la musicoterapia. Pero el cientificismo con sus hallazgos y limitaciones positivistas y mecanicistas ha logrado, paradójicamente, hacer creer que estas prácticas no son válidas, y no tienen sentido.
En verdad, no hacemos una transpolación del Chaman de una etnia al aquí y ahora, mas bien esta formulación consiste en recuperar un sentido de comunión mediante la expresión total: cuerpo, sonido, música, palabra. Obsérvese que nosotros occidentales, debemos nombrar al cuerpo, al sonido y a la música, cuando los pueblos originarios dicen simplemente el nombre de la ceremonia, porque en las comunidades indígenas del pasado y actuales (aunque cada vez sean menos) existe una cosmovisión común a todos. El Chaman es el curandero, el que se comunica con el mundo supra y/o infra terrestre, el que habla el idioma de los dioses, el que canta a los espíritus, entidades invisibles y de esta manera cura.
Nosotros estamos ubicados en un contexto de diversidad cultural muy alta, hijos de inmigrantes de primera generación en el país, indígenas, mestizos y los inmigrantes actuales. Es como una Babel.
El musicoterapeuta no detenta el poder como el Chaman, (que puede dar vida como quitarla) simplemente sensibiliza (llama) y moviliza aquellos patrones de comunicación ritual, pero dando lugar a la expresión/poder de las palabras de los otros, sin ocultar las diferencias, ¿un chaman democrático?
La voz y sus cantares
7. Placer por soltar la voz, la canción, la expresión colectiva, la improvisación con letra.
La voz. Cuerpo en sonido que recorre las melodías del canto individual, los agujeros áfonos, el grito… y tambien confluye con los otros en un canto colectivo y comunitario. Registro sonoro personal y de los otros el canto es un derecho de todos, no es para privilegiados.
El canto es una expresión "natural", pero nuestra sociedad inhibe las situaciones espontáneas y libres. El canto es una actividad que estimula múltiples funciones orgánicas: cognitivas, emocionales, comunicativas, de identidad sonora, lúdicas, etc. El canto colectivo actúa como un estímulo energizante. El coro, muchas voces - una música.
También en estas experiencias, en el nivel energético: así como se transita el momento de la unidad y la potencia hay otros de explosión, gritos, caos, (punto más alto de la curva) que precede a un silencio final (festejo, aplauso vocal).
Por ultimo, la voz como soporte de la palabra, aparece también en la improvisación de letras, en la palabra hablada de la reflexión.
El ser musical de todo ser humano
8. Desmitificación de los "diagnósticos musicales traumáticos"
Cuando de niños nos han dicho: “ no servís para la música, sos un perro, desafinas!!! etc." se organiza un mandato: "no cantarás". Como resultado de ese bloqueo musical, muchos humanos no acceden a la experiencia placentera y ancestral del canto. Recordemos que el canto es la expresión musical genuina junto con los acompañamientos rítmicos corporales.
Reparar, reacomodar, rehabilitar... dar señales para guiar a ese otro "no musical" a una experiencia vivencial musical, para que sienta que es posible para sí expresarse con la voz como un instrumento, desbaratando aquellas frases que inhibieron su ser musical. La musicoterapia comunitaria cuestiona la validez de aquellos juicios porque uno de sus principios se basa en la premisa: Todos somos seres musicales
Vamos a escuchar Mamur Bâ, un Chaman contemporáneo con tradición Peuls, Senegal:
"Nosotros utilizamos toda la expresión del cuerpo como lenguaje. Hasta la propia respiración sirve como puntuación, como también los sonidos vocales. Todos los sonidos están con nosotros desde el nacimiento, lo usamos para la comunicación en África. Eso da riqueza, una vida mejor, inclusiva las voces desafinadas son tan importantes como las afinadas, porque las voces desafinadas provocan disonancias, enriquece la textura, dan color y activa la energía para dar inspiración a otras cosas que vendrán después."
Entonces la musicoterapia comunitaria promueve un estado de emoción musical personal y colectiva.
La expresión colectiva con la voz, los instrumentos y el cuerpo habilitan a los mas "traumatizados" porque ahora la vivencia ha sido posible y a su vez placentera. Este impacto es a nivel personal pero en resonancia colectiva.
Reflexión
9. Historización e identidad
Si recorremos cada uno de estos puntos, podemos concluir que esta musicoterapia que propongo es de vertiente antropológica, etnomusicoterapéutica, o simplemente cultural. Emerge como respuesta a una novedad social como son las asambleas barriales, luego del hito del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina.
Lo nuevo, es democratizante. Es participativo, es creativo, en esta búsqueda de identidad en la diversidad cultural se inscribe la musicoterapia comunitaria. Por ello, las experiencias en la medida en que el contexto de la propuesta lo permita, abren espacio a la reflexión sobre lo acontecido en el plano de los sonidos, los ritmos, las improvisaciones y las canciones. Así surgen asociaciones y comentarios personales, comunes y diferentes, histórico-sociales. Por ejemplo en una de las experiencias (el taller de percusión y reflexión) el eje temático fue la esclavitud y ¿saben qué? la experiencia sonora fue en un lugar público, en una plaza, un día domingo, en círculo, como lo hacían los esclavos negros en el siglo XVIII y principio del XIX.
Dar lugar a la palabra sirve a la comunidad para encontrarse. También puede ser el momento para formular nuevas propuestas o proyectos. Expresar malestares. La mirada hacia el origen de las problemáticas lleva a considerar una historia común de pueblo, el oficio de la memoria.
Construcción comunitaria
10. Del yo al nosotros
Es una formulación ética para direccionar la práctica de Musicoterapia Comunitaria. Impacta en la modalidad de coordinación por parte del musicoterapeuta, de su pertenencia a una comunidad pero sobre todo intenta instalar una vivencia ritual que deje huella en el nosotros que somos, en la dimensión fratriarcal (las religiones dirían filial)
Nosotros desde la vivencia ceremonial, desde el placer de un encuentro energético con sus formas armónicas, con sus nodos caóticos. Nosotros con las melodías y voces que nos componen a tomar este tiempo como una oportunidad de cambio y transformación personal y social.
Nosotros y las frustraciones, los silencios, la dimensión de lo posible.
Nosotros en las pulsaciones que nos revelan la belleza simple y cotidiana, accesible sin dinero.
Un Ejercicio infinito para limitar los caprichos del yo, del autoritarismo y dar lugar a una común unidad, la de todos los otros en un nosotros.
¿Cantaremos nuestra nueva canción?
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